6.4.10

La reina de las tergiversaciones.

No había cosa que le diera más coraje que una persona que tergiversara las cosas.
Nunca lo supo hasta que la conoció, era la reina de las tergiversaciones. Ya no podría fiarse más de ella, todo lo que salía por su boca era adornado, transformado, malformado en algo muy distinto a la realidad.
Si las cosas eran de color verde, se volvían morado cuando la reina las anunciaba.
Todo era más trágico. Las personas se volvían peores, las palabras usadas no eran las correctas ni la forma de contarlas, y ya no es que fueran correctas o no, es que eran inventadas, la hipocresía era lo que más le gustaba usar a la hora de tergiversar.
Lo peor era cuando contaba una historia más de una vez, era colmo, a que tergiversaba sus propias tergiversaciones, entonces ya no tenía que ver nada con lo que realmente había sucedido.

Odiaba. Odiaba las tergiversaciones, incluso odiaba la palabra en sí, tan complicada de pronunciar, igual de complicada que se volvían las cosas una vez tergiversadas, porque a veces, le afectaban a ella, y se veía metida en líos, en líos que ni siquiera eran ciertos. ¡Qué impotencia!

Pero ella era la reina en contar las cosas como le diera la gana, de echar mierda a la gente, de inventar historietas y culpar a las personas, de no querer darse cuenta de la realidad y crear otra en la que ella ganara, porque ella era la reina, la víctima a la que todos culpaban.

Hipocresía y tergiversación. Las dos cosas que más odiaba.

1 comentario:

Sara dijo...

¡Creo que la conozco! :o